Como en todas las primeras organizaciones, la incertidumbre es importante respecto a la acogida del primer campeonato de Euskadi de Windsurfer. Empezamos a inscribirnos diez windsurfistas de la Getxo Bela Eskola, principalmente para ir dándole color, y al final se inscriben treinta regatistas de sitios tan lejanos como Huelva, Cádiz, Benidorm, Murcia, Barcelona, Guadalajara, La Coruña, Bilbao ...El campeonato se va a celebrar en el club náutico de Aldayeta, en el pantano de Ullibarri Gamboa, un paraíso cerca de Vitoria, con ciertos momentos de duda por parte del club náutico, organizador de la regata: sospechan que pueden ser invadidos por hordas de hippies acampando a sus anchas en sus instalaciones.
Los regatistas empiezan a llegar poco a poco a Bilbao desde el Jueves día 19. El primero en llegar es el incombustible y gran amigo Joaquín Carrasco, tras un periplo en moto por el cantábrico que le impide andar con dignidad. Por la tarde llegan desde el Mar Menor Esteban Martínez Abarca, Pablo Más y Fernando Pardo con un remolque en el que cada tabla, cada cabo, cada quilla tiene su espacio y su identificación. Un orden al que no estamos acostumbrados en Getxo que tendemos más al caos organizado. Ilusión especial la presencia de Esteban, recién recuperado y con mucha emoción por verle otra vez navegando, estrenándose en el Cantábrico.
Como los patos al ver el agua, decidimos salir a navegar por la tarde junto con Elisa Oleaga y Dani Oneka, dos entusiastas. Las condiciones apuntan más a una jornada de remo junto con las traineras, pero poco a poco levanta una brisa que nos anima a acercarnos al Puente Colgante en la entrada a la ría de Bilbao. Allí cruzamos por debajo del puente, con los responsables de la barquilla en estado de máxima alerta por la invasión de unos aventados, y en varios bordos de ceñida nos presentamos frente a Portugalete. Día gris precioso bilbaíno y travesía en un lugar especial. Pincho de bacalao al pilpil y una carne en el Goizeko en Bilbao para cenar y para descanso de navegantes y viajeros. La mañana del viernes amanece con ciertas tensiones familiares que se solucionan, como siempre, subidos en una tabla. Decía un windsurfista francés que él residía en Marsella, pero vivir, vivía encima de la tabla. La
Getxo Bela Eskola ya empieza a coger aspecto Windsurfer con la llegada de la caravana de Pilar Prieto, Juan Lozano y su hija Angela, familia regatista de Alocén en Guadalajara. Se apuntan al plan de la mañana Pacho y Kakel, dos windsurfistas históricos de Bilbao, con muescas en las quillas, y nos echamos al agua diez windsurfers. Angela no parece muy dispuesta a salir a navegar, ya que, según ella,
y con toda la razón del mundo, no hay más que viejos en el plan. Al final se anima porque es windsurfista. Esta vez el viento sopla del NW, una brisa que nos lleva de nuevo al Puente Colgante, la emoción de que el mástil pegue en la barquilla que cruza la ría nos tienta.
Iniciamos la subida a la ría con el viento de popa y antes de llegar a Altos Hornos a un windsurfista le
entra el fundamento y propone que no sigamos avanzando porque hay que pensar en volver ciñendo. A
veces hasta pensamos. Tras varios bordos de ceñida con un buen viento llegamos al puerto de Santurce.
Desembarcamos en el muelle junto a un barco pesquero, al que incordiamos soberanamente, y nos
presentamos en la cofradía de pescadores, también conocido como el Mandanga, a probar las clásicas
sardinas. Este era un plan que teníamos entre ceja y ceja la cuadrilla de windsurfistas de Getxo y lo
estrenamos con murcianos, alicantinos y guadalajareños. Tres docenas de sardinas y unas
cervezas y nos caemos todos mucho mejor.
Recordamos la canción "Desde Santurce a Bilbao" y volvemos a la base de salida navegando en nuestras Windsurfer con sabor a sardina. Tras una cabezada en la escuela, recibimos a Joan Roig, llegado de Casteldefells y flamante campeón de España y Cristina Roca, secretaria de nuestra clase,
dando por inaugurado el campeonato con la banda municipal ante la llegada de tan ilustres navegantes. El doblete de sesión continúa y salimos a navegar y a refrescarnos en las aguas turquesas de la ría y llegamos con un viento muy justo al Puerto Viejo de Algorta. Desembarcamos arriesgando la integridad de nuestros pies y escalamos hasta el bar Itsasbide donde nos enchufamos una cerveza, gilda y media croqueta, a la que nos invita Joan siguiendo la tradición de los aborígenes de su tierra. Armados con neoprenos, arneses, escarpines visitamos la plaza del bar Arrantzale donde somos admirados por el personal. La vuelta a Getxo se complica por la ausencia de viento y llegamos tras una infinita remada y el apoyo de Urko.
Continuamos el plan en Bilbao, ya sin neopreno, y recibimos a Alejandro Bourre que se ha venido desde Huelva con un par, y Jose Luis Zamarro, este último gran aficionado a los atascos madrileños y a dar la campanada. Pinchos y cervezas que no dejan satisfecho a Joan que dice que está asando hambre, algo inaudito en una ciudad como Bilbao, y acabamos la noche con un whisky japonés, idea de una
regatista a la que no nombraremos. Amanecemos levemente perjudicados, alguno ha necesitado fondearse desde la cama, y ponemos rumbo al punto de encuentro en Getxo. Cargamos cientos de tablas y aparejos y arrancamos en peregrinación windsurfer cinco coches, un remolque y una caravana. Recorremos 200 metros porque urge probar un pincho de tortilla en el Silvers Tavern. Llegamos con bien al Club Náutico de Aldayeta y descubrimos que es un paraíso en mitad de Alava. Nos han
dejado un espacio de verde, bajo unos árboles y cerca de una rampa que nos invita a quedarnos a vivir.
Allí nos encontramos con el resto de la flota: de la Getxo Bela Eskola, además de Pacho Larrea, Dani Oneka y Elisa Oleaga, están Eneko Paternain, otro de los tres regatistas sub 19, Gorka Urizar, Jordi
Chacopino, Gorka Aurre y Mikel Díez. Llegados desde muy lejos Félix Pérez desde Cádiz y Fernando
González del Castillo desde La Coruña. Y acompañando a Pilar Prieto del club náutico de Alocén,
Gemma Picart y Luzma Batanero. En el momento de la llegada, el agua como un espejo, mucho calor y no tenemos mucha confianza en las buenas previsiones de viento. Juanjo Orozco, presidente del club y
excepcional persona, iza Delta a las 14:00 y nos lanzamos las flotas Windsurfer y Raceboard al agua. Más de 30 regatistas navegamos hacia el campo de regatas, al otro lado de la isla de Zuaza, y el viento empieza a refrescar. Cuando llegamos al barco del comité ya están soplando 20 nudos del Norte. Campo de regatas espectacular, libre de barcos, entorno verde de árboles y montañas, gran momento y emoción. Se celebran 3 mangas barlovento sotavento y el viento sigue arreciando, miden puntas de 27 nudos en la boya de sotavento y calculamos que en la de barlovento serían cinco nudos más. La navegación es dificultosa, pero al ser un pantano la variable de las olas desaparece y permite que se celebren tres mangas. Al finalizar la tercera manga el comité nos comunica que, ya que no estamos nada cansados, vamos a realizar la travesía de larga distancia alrededor de las islas Zuaza y Caballos.
Desembarcamos y nos llega un olor a brasa y chistorra que nos hace espabilar. Rafa, miembro de la junta de la Getxo Bela Eskola, cocinero de profesión, y nunca suficientemente agradecido, nos ha preparado para abrir boca unos chorizos criollos con salsa de receta familiar unas chistorras y de postre un magnífico marmitako en el que reposan once kilos de bonito del norte. Como no podía ser de otra manera, para celebrar el solsticio de verano, empieza a jarrear y nos refugiamos en lo que fueron las instalaciones originales del náutico en los años 70.
Parte de los regatistas deciden dormir en la zona de literas del club náutico, un espacio que normalmente se utiliza para campamentos de chavales. Una noche muy larga. Benironc no deja de emitir sonidos: Zamarro lo describe como si un oso se estuviera comiendo a un regatista. A las tres de la mañana, sin pegar ojo, y en una noche de tormenta, rayos y vendaval, alguno abandona el campamento con su colchón bajo el brazo para buscar un hueco en silencio. A la mañana siguiente Benironc nos informa sobre lo bien que ha dormido esa noche.
El domingo volvemos a la carga; a las once izan delta y a la una se da la primera salida. El viento sigue
soplando del Norte pero con menos fuerza, entre 10 y 15 nudos, y la flota menos experta disfruta de la navegación completando mangas, tras el día anterior en el que el pantano mostró su fuerza. En total se celebraron seis mangas y una larga distancia en buenas condiciones de viento. El campo de regatas es magnífico con viento garantizado durante todo el verano. Y la organización excelente: el comité de regatas, Juanjo Orozco, Joseba Cereceda y los socios de Aldayeta nos hacen sentir en casa.
La clasificación final de la prueba fue la siguiente: en orden de primero a tercero, en categoría sub 19, Angela Lozano, Eneko Paternain y Elisa Oleaga, en categoría Ligeros Pablo Más, Esteban Martínez Abarca y Félix Pérez, en categoría Pesados Joan Roig, Fernando Pardo y Jose Luis Zamarro. Finalmente se proclamaron campeones de Euskadi en categoría masculina Alejandro Zumárraga y en categoría femenina Elisa Oleaga. Presidieron el evento Juanjo Orozco y Joseba Aldayeta del club náutico Aldayeta, Cristina Roca secretaria nacional de la clase Windsurfer, Josema Elduayen, secretario para Euskadi de la clase raceboard y Alejandro Zumárraga, secretario para Euskadi de la clase Windsurfer. Las txapelas del campeonato de Euskadi fueron entregadas en el evento por parte del presidente de la federación vasca de vela, Iñigo Smith.
Excelente organización y acogida por parte del Club Náutico Aldayeta y un ambiente inmejorable por parte de la flota Windsurfer que hace que estas regatas sean siempre un éxito.
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